Resulta que en el foro de la comunidad tanguera del Reino Unido, alguien empezó un debate interesante titulado "infidelity in tango" o algo asi. Esta persona preguntaba si pensabamos que el tango puede ser peligroso para las parejas, tanto para aquellas en las que ambos bailan como para aquellas en las que solo uno es el que va a la milonga (y el otro se queda en casa, o va a "mirar").
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Algunos decían que por como es el baile, puede ser una amenaza para la pareja. Ya saben, uno baila super cerquita y no hay duda de que el baile es super íntimo, apasionado, provocativo, y se crea una conexión a veces super intensa, que se yo.....puede dar pie a celos e inseguridades, a choques y discusiones. Y obviamente puede dar pié a romances (y rupturas). Yo creo que el posible peligro radica más en el abrazo que en el baile en sí. Porque como me decía mi profe, hay bailarines que te abrazan y querés morir en sus brazos.
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El tango es un mundo raro y muy particular. Así como van parejas juntas, va gente que esta casada pero la otra mitad no baila, entonces van solos o solas. También están los solteros, los eternos solteros, y gente que quizás está muy sola y es sólo en el abrazo tanguero donde se dejan de sentir así. Gente que va a la milonga y se transforma, se libera , se afloja y se entrega. Obvio están los que van de levante ja. Cada uno tiene sus motivos. Para casi todos la milonga es un oasis. Es tan diferente a todo lo demás...
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Pero bueno, volviendo al tema de las parejas que van juntas a la milonga, lo digo porque cuando vas vos pero no tu pareja, claro, no te ve en los brazos de otro. Volves a tu casa y le contas que bailaste y estuvo bien...y ahí quedó. Normalmente si vas a un bar o boliche con tu pareja, te quedás con ella. Pero en el tango llegás a la milonga y cada uno por su lado, al menos eso es lo que hago yo con Pabs. A ambos nos gusta bailar con otra gente y esta todo bien. Al menos hasta ahora je ! Llegamos y quizás bailamos un poco entre nosotros y después "nos separamos". O llegamos y nos separamos enseguida y nos reencontramos horas más tarde para tomarnos un vinito en la barra y contarnos de nuestras aventuras en la pista. ¿Con quién bailaste?, y ¿que tal?, lindo? o un desastre?. Compartimos nuestras experiencias y no hay drama. Esto en otro contexto es una locura. Sólo en el tango pasa ! Bueno obviamente hay parejas y parejas...cada una tiene sus "acuerdos", supongo.
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Primero aclarar que en la milonga por lo general el hombre saca a bailar a la mujer. Y hay una serie de códigos que están ahí pero a veces no se aplican. Como que si vas a bailar con tu pareja, bailas con tu pareja y con nadie más (que divague !). En mi caso a P lo conocí precisamente en la milonga. Una vez me sacó a bailar y estuvo bien pero no fue el baile lo que me atrapó de él. Sino otras cosas. Ojo re lindo bailar con él y todo pero hay pibes con los que tengo más conexión y hasta me gusta más bailar con ellos. Y él of course lo sabe.
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Me ha pasado de estar sin bailar por un rato largo largo y él chocho bailando con rubias, morochas y pelirrojas y la verdad no me da para ir a interrumpir. Espero a que se desocupe y ahí lo encaro para bailar, sino me viene a rescatar él antes jaja. Ha pasado lo opuesto. Que él está ahi sentado descansando y yo no paro de bailar. Feliz bailando con el viejito piola con quien conecté enseguida y encima baila bárbaro. O con aquel que quizás fuera de la pista no tengo nada que ver, nada en común, nada de que conversar, pero en la pista somos el uno para el otro. Y aunque no me den más los pies quiero seguir en sus brazos, quiero aguantar y seguir con él. Es algo aislado porque eso pasa en el baile. El lío viene cuando esa conexión pasa a otro plano. Y bueno, puede pasar. Todo puede pasar.
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Me acuerdo que alguna amiga me ha preguntado si no me daba "cosa" bailar con extraños. Como dije antes, la cosa está en el abrazo. La pregunta tandría que haber sido, no te da cosa abrazarte tan fuerte con tipos que ni conocés? Y bueno, ahí esta la cosa, la magia, la diferencia, el misterio. Hay de todo, los que abrazan como el orto (directamente no te abrazan!), los que son un osito y te llevan requete bien, luego están los infaltables olorientos, los chivados, los babosos. Los que bailan para ellos y no les importa cómo estás vos, si estás haciendo malabares para seguir su torpe y brusca marca, los que te revolean. Y por suerte no faltan los que son super suaves y cuidadosos. Pero es muy loco que a veces podés conectar tanto con alquien que ni sabés cómo se llama. Para mi es regla no rechazar invitaciones a bailar salvo que ya haya bailado y me haya sentido incómoda. Nunca faltan los picarones en la milonga...y si salís a bailar y no te gusta nada nada, después del primer tango decis gracias y se acabó, ya está, sin vueltas. Es la regla del juego. Para que sufrir? Pero de repente te viene a sacar uno con una pinta terrible y resulta que baila como los dioses, y lo que es mejor, conectas y realmente disfrutas el baile y deseas que cuando termine el tango no te diga "gracias". Porque cuando te dicen gracias es que no quieren bailar más. O viene un carilindo musculoso y es un choto y sos vos la que quiere decirle gracias apenas la orquesta toca la última nota. Nunca te guíes por el aspecto. O te podés llegar a perder los mejores bailes !!
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Termino el post con un pasaje del genial libro de Sonia Abadi llamado El Bazar de los Abrazos:
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"Señor feúcho, gordito y maduro. La diosa va dormida sobre su pecho, con una sonrisa que es puro placer. ¿Que encanto secreto tendrá ese hombre? El buen mozo los mira ¿Cómo confesarse a sí mismo que está deseando estar entre los brazos de él para ver qué siente ella?. Envidia siente la amiga que la mira de reojo mientras se debate en el torpe abrazo de un pretencioso, más preocupado por ver cómo lucen sus figuras que por cómo se se siente ella. Es nueva, se sabe atractiva y enseguida es acosada por los mejores bailarines. Después de un par de tandas se queda "con la ñata contra el vidrio" contemplando envenenada a la gordita ágil y sensual que recupera a sus galanes en busca de confianza y armonía".