Por Manuel Toledo BBC Mundo, Londres
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"Cuando vayas a Londres no dejes de visitar Speakers' Corner, la esquina de los oradores, en Hyde Park".
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Eso me decía Bob, con su fuerte acento alemán, que nunca perdió a pesar de haber vivido durante medio siglo en Inglaterra. "Lo que más me asombró cuando llegué a este país huyendo del nazismo fue que, en plena Segunda Guerra Mundial, en Speakers' Corner la gente seguía hablando con absoluta libertad". "Había algunos que defendían a Hitler, otros que hablaban mal de Churchill, como si nada". "En otras partes de Europa los hubieran fusilado", se reía, mientras bebíamos té al lado de un riachuelo flanqueado por sauces, en el idílico Oxfordshire.
Creo qDesde entonces, miles de personas han expresado allí su disconformidad y han luchado por sus derechos. Uno de los asiduos visitantes a principios del siglo XX era un joven ruso que, según las memorias de su esposa, trataba de mejorar su inglés escuchando a un ateísta que "parado en medio de un grupo de curiosos oyentes, demostraba que Dios no existía".
Ese joven, un tal Vladimir Ilich, parece que luego sí hizo una revolución. ue la primera vez que seguí su consejo y fui a Speakers' Corner, ya Bob había muerto.
Creo qDesde entonces, miles de personas han expresado allí su disconformidad y han luchado por sus derechos. Uno de los asiduos visitantes a principios del siglo XX era un joven ruso que, según las memorias de su esposa, trataba de mejorar su inglés escuchando a un ateísta que "parado en medio de un grupo de curiosos oyentes, demostraba que Dios no existía".
Ese joven, un tal Vladimir Ilich, parece que luego sí hizo una revolución. ue la primera vez que seguí su consejo y fui a Speakers' Corner, ya Bob había muerto.
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El primer profeta de Hyde Park
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Aparentemente, parte de Hyde Park se utilizaba para el debate desde el siglo XVIII, pero su época definitoria comenzó a mediados del XIX. El domingo 24 de junio de 1855 hubo allí una gran manifestación contra una ley que regulaba las actividades comerciales dominicales, la "Sunday Trading Bill", impulsada por la Iglesia y que afectaba principalmente a los pobres. "Fuimos testigos del acontecimiento de principio a fin y creemos que podemos declarar, sin exagerar, que ayer comenzó en Hyde Park la revolución inglesa", escribió, exagerando, el corresponsal del periódico alemán Neue Oder-Zeitung, Carlos Marx (el subrayado es suyo). A pesar de que la única revolución inglesa que progresó y cambió al mundo fue la industrial, las manifestaciones continuaron cada domingo.
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No sólo Marx
No sólo Marx
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En 1872, el Parlamento cedió ante las presiones de la población y dictó una ley en la que reconocía a Speakers' Corner como un lugar para el debate público. Desde entonces, miles de personas han expresado allí su disconformidad y han luchado por sus derechos.
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Septiembre de 2001
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Un siglo después, el martes 11 de septiembre de 2001, yo estaba en un pequeño mercado de la isla griega de Mykonos cuando vi por televisión como dos aviones impactaban contra las torres gemelas de Nueva York. Uno de los asiduos visitantes a principios del siglo XX era un joven ruso que, según las memorias de su esposa, trataba de mejorar su inglés escuchando a un ateísta que "parado en medio de un grupo de curiosos oyentes, demostraba que Dios no existía". Ese joven, un tal Vladimir Ilich, parece que luego sí hizo una revolución. El domingo regresé a Londres y fui desde el aeropuerto directamente a la estación de Marble Arch, situada a pocos pasos de Speakers' Corner. En el centro de la zona de debates, un joven sostenía en silencio una bandera de Estados Unidos, mientras que los que lo rodeaban criticaban la política exterior de Washington y lo desafiaban a que hablara. El chico no dijo ni una sola palabra, pero estuvo varias horas allí, con su bandera en alto. Otros sí hablaron y fue la primera vez que escuché a jóvenes musulmanes decir en público que si Estados Unidos y sus aliados atacaban a Afganistán o a Irak, ellos librarían una guerra santa contra Occidente. Supongo que los policías que estaban allí habrán tomado nota.
Un siglo después, el martes 11 de septiembre de 2001, yo estaba en un pequeño mercado de la isla griega de Mykonos cuando vi por televisión como dos aviones impactaban contra las torres gemelas de Nueva York. Uno de los asiduos visitantes a principios del siglo XX era un joven ruso que, según las memorias de su esposa, trataba de mejorar su inglés escuchando a un ateísta que "parado en medio de un grupo de curiosos oyentes, demostraba que Dios no existía". Ese joven, un tal Vladimir Ilich, parece que luego sí hizo una revolución. El domingo regresé a Londres y fui desde el aeropuerto directamente a la estación de Marble Arch, situada a pocos pasos de Speakers' Corner. En el centro de la zona de debates, un joven sostenía en silencio una bandera de Estados Unidos, mientras que los que lo rodeaban criticaban la política exterior de Washington y lo desafiaban a que hablara. El chico no dijo ni una sola palabra, pero estuvo varias horas allí, con su bandera en alto. Otros sí hablaron y fue la primera vez que escuché a jóvenes musulmanes decir en público que si Estados Unidos y sus aliados atacaban a Afganistán o a Irak, ellos librarían una guerra santa contra Occidente. Supongo que los policías que estaban allí habrán tomado nota.
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"Temblad, y no pequéis"
"Temblad, y no pequéis"
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En Speakers' Corner no sólo se habla de política. A diferencia de la época de Lenin, ahora tratan de convencer al público de la existencia de Dios.Con frecuencia el lugar está lleno de predicadores, con sus biblias en la mano y sus incesantes amenazas de condenación eterna.
Hace unos días escuché a uno que predicaba nada menos que en ruso, mientras que una mujer lo traducía simultáneamente al inglés, a una velocidad de intérprete de la ONU.
"Qué va, a ese ritmo uno no puede mejorar ni el ruso ni el inglés...y mucho menos llegar a hacer una revolución", pensé. "Miédlennie, tavárischi" ("Más despacio, compañeros"), les rogué, pero no me hicieron caso.
En Speakers' Corner no sólo se habla de política. A diferencia de la época de Lenin, ahora tratan de convencer al público de la existencia de Dios.Con frecuencia el lugar está lleno de predicadores, con sus biblias en la mano y sus incesantes amenazas de condenación eterna.
Hace unos días escuché a uno que predicaba nada menos que en ruso, mientras que una mujer lo traducía simultáneamente al inglés, a una velocidad de intérprete de la ONU.
"Qué va, a ese ritmo uno no puede mejorar ni el ruso ni el inglés...y mucho menos llegar a hacer una revolución", pensé. "Miédlennie, tavárischi" ("Más despacio, compañeros"), les rogué, pero no me hicieron caso.
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Noticias de secuestros
Noticias de secuestros
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Otras veces son los locos los que dominan la agenda, con noticias de secuestros por extraterrestres o teorías de conspiración contra cualquier institución que les venga en ganas. Algunos, como estos señores, también hablan de sexo.O los turistas, que imitan a cualquiera de los anteriores o aportan perlas de su propia inspiración. Este espíritu circense puede resultar muy divertido y muchas personas van exclusivamente a participar en esta especie de teatro callejero gratuito. Esto también es recomendable debido a lo caro que es todo en Londres.
Otras veces son los locos los que dominan la agenda, con noticias de secuestros por extraterrestres o teorías de conspiración contra cualquier institución que les venga en ganas. Algunos, como estos señores, también hablan de sexo.O los turistas, que imitan a cualquiera de los anteriores o aportan perlas de su propia inspiración. Este espíritu circense puede resultar muy divertido y muchas personas van exclusivamente a participar en esta especie de teatro callejero gratuito. Esto también es recomendable debido a lo caro que es todo en Londres.
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El tiro por la culata
El tiro por la culata
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Sin embargo, muchas otras personas llegan cada domingo a Speakers' Corner con el objetivo de intervenir en debates sobre importantes temas contemporáneos.
Algunas cuestiones frecuentes en las últimas semanas han sido el pedido de que se retiren las tropas británicas de Irak, el desmantelamiento de los asentamientos judíos en la Franja de Gaza y la muerte del joven brasileño Jean Charles de Menezes, a manos de la policía londinense.
Un orador del Partido Socialista mantiene vivo el espítitu de los grandes debates del siglo XIX.Otro asunto que generó un gran interés fue una ley reciente que prohíbe las manifestaciones en los alrededores del Parlamento sin autorización policial. La ley se dictó para desalojar a un activista antibélico, Brian Haw, que lleva más de cuatro años protestando frente al Big Ben, primero contra las sanciones a Irak y luego contra la guerra y la ocupación de ese país por Estados Unidos y el Reino Unido. Curiosamente, a las autoridades les salió el tiro por la culata: cuando Haw apeló, los jueces determinaron que él era la única persona en el país que podía protestar frente al Parlamento sin tener que pedir un permiso porque lo estaba haciendo desde antes de que la ley entrara en vigor. Ahora Haw se considera "el último de los mohicanos" y muchos defensores de la democracia dicen que hay que proteger a Speakers' Corner porque es el último bastión de la libre expresión en el reino.
Sin embargo, muchas otras personas llegan cada domingo a Speakers' Corner con el objetivo de intervenir en debates sobre importantes temas contemporáneos.
Algunas cuestiones frecuentes en las últimas semanas han sido el pedido de que se retiren las tropas británicas de Irak, el desmantelamiento de los asentamientos judíos en la Franja de Gaza y la muerte del joven brasileño Jean Charles de Menezes, a manos de la policía londinense.
Un orador del Partido Socialista mantiene vivo el espítitu de los grandes debates del siglo XIX.Otro asunto que generó un gran interés fue una ley reciente que prohíbe las manifestaciones en los alrededores del Parlamento sin autorización policial. La ley se dictó para desalojar a un activista antibélico, Brian Haw, que lleva más de cuatro años protestando frente al Big Ben, primero contra las sanciones a Irak y luego contra la guerra y la ocupación de ese país por Estados Unidos y el Reino Unido. Curiosamente, a las autoridades les salió el tiro por la culata: cuando Haw apeló, los jueces determinaron que él era la única persona en el país que podía protestar frente al Parlamento sin tener que pedir un permiso porque lo estaba haciendo desde antes de que la ley entrara en vigor. Ahora Haw se considera "el último de los mohicanos" y muchos defensores de la democracia dicen que hay que proteger a Speakers' Corner porque es el último bastión de la libre expresión en el reino.
3 comentarios:
Llegué al final con la lengua fuera, ah ah ah. Un poquito largo tu post de hoy.
El mío de hoy también va de parques. Pero no, nada que ver con el tuyo.
Otra vez lo hiciste. Muy interesante, Eli. Besotes.
FELICES PASCUAS! :)
Saludos desde Arg.,
Si, está bueno el artículo no? Una vez fue uno a defender las Malvinas !!
Felices Pascuas para vos también Romina !!
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